ENRON
La mayor empresa
distribuidora de energía ocultó durante años pérdidas millonarias hasta que
quebró en diciembre de 2001. Sus pasivos ascendían a más de 30 mil millones de
dólares. La empresa auditora Andersen resultó sospechosa de haber destruido
documentos comprometedores. Las pérdidas de este fraude llegaron a los 63.400 millones de
dólares.
Laboratorio Merck
A mediados de 2002 infló su facturación en 14.000 millones de
dólares, pese a que dichos fondos correspondían a su subsidiaria Medco, encargada de
proveer remedios a precios de descuento a varias cadenas de farmacia.
Merck contabilizó en su columna de gastos los 14 mil
millones de dólares para equilibrar las cuentas, pero el ingreso no le
pertenecía y adoptó la cifra sólo para inflar las ganancias. Aunque este caso
no se considera técnicamente un fraude, Merck vivió una tensa semana en Wall
Street hasta poder aclarar la situación.
NICK LEESON
En 1995 el corredor de bolsa provocó el colapso del
banco británico Barings al perder más de 1.300 millones de
dólares invirtiendo en el índice Nikkei de Japón.
Leeson dirigía desde la sede del banco en Singapur las
operaciones de futuros en los mercados asiáticos y apostó ¡a la caída del yen!.
El banco perdió todas sus reservas lo que lo llevó a la quiebra.
Este caso fue uno de los más espectaculares pues el Barings tenía 230
años de historia y gestionaba el patrimonio de la Reina Isabel de Inglaterra.
Quedó en la bancarrota. Desapareció del mapa y a los pocos meses fue vendido
simbólicamente en una libra esterlina al banco holandés ING.
En su confesión, Leeson declaró que
sus operaciones tenían por objetivo ayudar a unos compañeros que habían
generado pérdidas, pero las pérdidas nunca se recuperaron y se convirtieron en
una bola de nieve hasta que reventaron.
DE EMPRESAS ASÍ DEBEMOS DE APRENDER.. PERO LO QUE NO SE DEBE DE HACER..
ResponderBorrarDE EMPRESAS ASÍ DEBEMOS DE APRENDER.. PERO LO QUE NO SE DEBE DE HACER..
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